martes, 23 de junio de 2015

Aplicación telemática: el mito de Sísifo

Desde este blog vengo ya hace tiempo denunciando que la ciencia ha caído en manos de los "gestores". Es un error que pagamos caro. El gestor comete varios fallos: el primero pensar que la administración está por encima del proceso científico. Me explico: ¿Está el gestor por encima del cirujano en la mesa de operaciones? ¿Está el gestor por encima del capitán de barco en la toma de decisiones? en estos casos está claro que no. Pues en ciencia esto es lo que ocurre continuamente.

Los anglosajones han inventado el concepto de "Task Force" en el que unidades temporales organizadas alrededor de un experto, y con toda la autonomía operativa, trabajan para la consecución de un objetivo. Es un sistema de organización IMBATIBLE. Aquí, en Ecuador y en España, el gestor trata al investigador como: un niño pequeño que necesita ser guiado, un presunto defraudador, alguien que va a ser muy muy muy productivo independientemente de si tiene o no las condiciones materiales para esa productividad.

La transparencia es una manía de estos señores. En aras de la transparencia han adoptado, de forma muy entusiasta, una herramienta que consideran imprescindible: la aplicación telemática. Hace años para un puesto de investigador postdoctoral mandabas tu currículum, una carta de presentación y eso le servía al investigador para evaluar tu potencial como científico. Ahora no. Ahora muchas universidades obligan al investigador a rellenar los campos de la aplicación telemática, a subir los documentos acreditativos en PDF y tamaño inferior a los 5 MB, a explicar de qué se habló en una conferencia. Todo para presumir de que el proceso de selección es transparente. Todo este esfuerzo para nada si al final no resultas elegido. Cada universidad tiene su modelo. Pero ojo, ese esfuerzo no es para conseguir un contrato indefinido, no, ese esfuerzo es para contratos de uno, dos o tres años a los sumo, pasados los cuales estás de nuevo en la calle teniendo que pasar por el infierno de cubrir una y otra vez aplicaciones telemáticas.
Gracias a esta herramienta los gestores han desplazado a los expertos en el proceso de contratación de los investigadores. Un error que estamos pagando caro.

Hay becas en donde cada año tienes que volver a rellenar con todo tu CV la aplicación telemática de rigor. Les preguntas a los "gestores" si puedes recuperar lo que rellenaste el año pasado para añadir los documentos que hayas generado en ese año. La respuesta es NO. Cada proceso tiene que empezar de cero. Se supone que un archivo informático se podría recuperar, pero eso es mucho trabajo y como los gestores están por encima de los científicos un NO suyo es algo que no puedes apelar. Da igual que pierdas dos o tres días rellenando lo que has rellenado el año pasado. Los gestores han diseñado el organigrama, están arriba de todo y que el científico produzca o no les trae sin cuidado. Su misión es evaluar no producir. Evaluar, evaluar, evaluar, es lo que enseña nuestro sistema educativo. Pasamos más del 50% de nuestro tiempo de trabajo siendo evaluados. Todo para no ser excluidos del sistema. Una especie de organización medieval contraria a la producción y el avance, en donde lo único importante es pertenecer, estar dentro del sistema y escalar en su jerarquía.
La función del gestor es evaluar no producir. Por esa razón no les importa que los investigadores  pierdan el tiempo. Son un poco como el mono toca cojones del vídeo.

¿Para qué la aplicación telemática?

La aplicación sirve para que la selección del investigador la hagan los gestores y no los expertos científicos. ¿Por qué? pues porque los gestores con esa herramienta tan sofisticada llamada "aplicación telemática" pueden elegir de forma objetiva e informatizada (que bonita palabra que suena tan científica) mucho mejor que el experto. Señores: gracias a este tipo de cosas España y los países latinoamericanos estamos donde estamos. No hemos aprendido nada de Trafalgar, de la Armada Invencible y un montón de empresas militares en donde al no estar a cargo de las decisiones los expertos la hemos cagado bien cagada.
El mundo de la academia es así. Ahora estás contenta con tu poster o tu presentación oral. Una muesca más en tu revolver académico. Sin embargo, si no consigues un puesto fijo tendrás que ir renovando tu posición precaria y estarás obligada a introducir los datos de este congreso una y otra vez. Te sentirás como Sísifo subiendo la piedra por la montaña para que al final del día vuelva rodando al punto de partida.

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