Quina Roja, se trata de la corteza de árboles de Cinchona succirubra. Se distingue de las otras Quinas por su color rojo al interior de la corteza y por el sabor menos aromático y más astringente. |
Por algún tiempo la planta de la quina permanece relegada y sobre todo sin un conocimiento científico de su especie y sus virtudes, hasta que en 1739 con la llegada de la Misión Geodésica Francesa a Ecuador, liderada por Charles Marie de La Condamine, y el médico y botánico, Joseph Jossieu. La Condamine estudia los bosques de Cajanuma (10 Km. al Sur de Loja), enviando una muestra botánica a Carlos Lineo, quien la clasifica científicamente y bautiza a la planta como Cinchona officinalis en honor de la Condesa Ana de Chinchón, a quien se atribuye como la primera mujer curada por la planta.
José Celestino Mutis, botánico y matemático. Fuente Wikipedia |
En el caso de Youyou Tu, el descubrimiento del remedio de la malaria basada en la planta Artemisa annua L. se debe a los escritos de un sabio chino del S IX dc. Pero para eso mejor leer la entrada de Cerca del Leteo. Hoy en día muchos laboratorios buscan en el conocimiento ancestral plantas y sustancias que puedan ser aprovechadas para su explotación comercial. El problema es que muchas de estas sustancias se patentan fuera del país que las ha descubierto, sin que haya ningún retorno económico para aquellas comunidades poseedoras del conocimiento de sus propiedades terapéuticas. Por ejemplo, en 1970, se colectaron en el Ecuador ranas Epipedobates tricolor para extraerle una sustancia más potente que la morfina. Esta sustancia fue patentada en los EEUU. En 1986, la Ayahuasca, utilizada por chamanes indígenas, fue patentada por la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU aunque en 1999 esta patente fuera revocada (Fuente Propiedad Intelectual Ecuador)
Muchas gracias por tu generoso comentario, Esteban.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que describes aquí, es muy triste eso que indicas: que no haya retorno económico a países que tantos beneficios médicos han proporcionado
Un abrazo.
Javier
Esteban me da tanto gusto el hecho de que escribas que vienen a Ecuador como un ecuatoriano más, y me da un mayor gusto aún el que los saberes ancestrales que es una de las apuestas de nuestra Escuela de Medicina ya tengan un Nobel encima, respecto a la propiedad intelectual, seguirá beneficiando a quienes tengan el dinero para producir no a los investigadores, ni a los inventores ni a los puebles, se ha vuelto un arma macabra de dominación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Jaime :)
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