lunes, 1 de julio de 2024

¿Se puede erradicar la enfermedad de Chagas del Ecuador?

Descubierta por primera vez hace más de 100 años, la enfermedad continúa afectando a más de siete millones de personas en todo el mundo y es uno de los problemas de salud pública más prevalentes en América Latina. Si no se trata, el Chagas puede causar daños irreversibles al #corazón y otros órganos vitales.

Enfermedad de Chagas: En la fase crónica , alrededor del 70-80% de las personas pueden no mostrar ningún síntoma. Sin embargo, en aproximadamente el 20-30% de las personas, la enfermedad progresa y afecta principalmente al corazón o los órganos gastrointestinales. Esto ocurre de 10 a 20 años después de la infección inicial.

Evitar la transmision o aportar por los antiparasitarios 

¿Debemos concentrar nuestros esfuerzos en evitar la transmisión por el vector o por el contrario esforzarnos en desarrollar fármacos menos tóxicos y más eficaces? 

Autoras: Lady Govea, Melany Pérez, Arianna Sarmiento y Waleska González

La enfermedad del Chagas, aunque no hay vacuna, se puede tratar con antiparasitario

 Los antiparasitarios utilizados para el tratamiento del Chagas son el benznidazol para niños de 2-12 años y el nifurtimox hasta antes de los 18 años. Son eficaces casi al 100% en neonatos, y altamente eficaces en la etapa aguda de la infección siendo capaces de eliminar la enfermedad. Sin embargo, en algunos casos presentan alta frecuencia de efectos secundarios como alteraciones del sueño, ansiedad, alteraciones neurológicas y cardiacas que obliga a los pacientes a suspender el tratamiento.

 En la etapa crónica de la enfermedad del Chagas, la eficacia de los antiparasitarios disminuye y aumenta el riesgo de efectos adversos. Según la Coalición Global de la Enfermedad de Chagas las personas con cardiopatía chagásica no podrían beneficiarse con el tratamiento.

 Enfermedad del Chagas controlada mediante estrategias de prevención

El principal mecanismo de contagio de Chagas es la transmisión vectorial por la picadura de las vinchucas. Por lo cual, es necesario las estrategias de prevención para evitar la presencia de estas en las viviendas y alrededores.  Las estrategias incluyen la aplicación de medidas como la fumigación de viviendas con insecticidas para eliminar los rastros de su materia fecal y huevos. Además, se debe mejorar la infraestructura de las viviendas para reducir los sitios de reproducción de estos insectos. Suelen encontrarse en grietas y espacios oscuros dentro de las casas, por lo cual se debe sellar agujeros y fisuras para limitar su acceso y establecimiento en los hogares.

Fig 1. Ciclo de transmisión vectorial del Chagas

Los programas de cribado y diagnóstico temprano son fundamentales para identificar y tratar a las personas infectadas en las etapas iniciales de la enfermedad. Esto es crucial, puesto que el tratamiento temprano puede prevenir complicaciones graves como enfermedades cardíacas que pueden surgir en etapas avanzadas. Estos programas deben estar dirigidos especialmente a poblaciones de alto riesgo que tienen antecedentes de exposición a las vinchucas.

Estos enfoques no solo disminuyen la exposición de las personas al parásito, sino que también ayudan a controlar otras enfermedades transmitidas por vectores.

Transmisión intradomiciliaria del Chagas por Rhodnius ecuadoriensis

El vector responsable de la enfermedad ha sido localizado en los domicilios del Ecuador, siendo el punto de infección que proporciona las condiciones adecuadas para que el parásito cumpla su ciclo de vida, además manifiesta su amplia distribución y baja incidencia de la infección en los seres humanos.

Se ha registrado la presencia de R. ecuadoriensis (Fig 2.) en las zonas cálidas del país y en los diferentes hospederos domésticos, por ende se investiga su transmisión ya que no hay registros de la presencia del vector en estas áreas y aun así se han detectado casos graves de tripanosomiasis.

Fig 2. Presencia de R. ecuadoriensis en la búsqueda de los domicilios

Se presenta un caso de transmisión intradomiciliaria que manifiesta la enfermedad del Chagas por diversos factores como el material del que está construida la vivienda a base de caña guadua (Fig.3), y en sus alrededores habitaban animales domésticos y de granja que fueron reservorios del vector. A la búsqueda del insecto en el peridomicilio se encontraron 153 ejemplares entre adultos y larvas.

Fig 3. Domicilio de caña guadua que facilita la transmisión del vector

Mejor opción para combatir el Chagas

Basándonos en el artículo presentado, la mejor opción para combatir la enfermedad de Chagas es a través de estrategias de prevención. Son una mejor opción contra la enfermedad debido a su capacidad para abordar el problema desde su origen y evitar la propagación del vector responsable. Localizar y eliminar el vector en los domicilios puede prevenir que el parásito complete su ciclo de vida, reduciendo significativamente la incidencia de la enfermedad.

Al reducir la presencia del vector en áreas residenciales, se disminuye el riesgo de transmisión de la enfermedad del Chagas a los humanos. Las estrategias de prevención pueden incluir medidas para controlar los animales domésticos y de granja que actúan como reservorios del vector, reduciendo así la posibilidad de infección. Mejorar las condiciones de las viviendas, como el material de construcción, puede eliminar los hábitats adecuados para el vector, dificultando su supervivencia y reproducción. Las estrategias preventivas suelen incluir campañas de educación que informan a la población sobre cómo prevenir la infección, promoviendo comportamientos y prácticas seguras.

En conclusión, las estrategias de prevención no sólo son más efectivas en el control de la enfermedad, sino que también ofrecen múltiples beneficios al proteger la salud pública, controlar los reservorios animales, y mejorar las condiciones ambientales, garantizando así una solución sostenible y a largo plazo contra la enfermedad del Chagas.

¿Por qué la enfermedad de Chagas es endémica? ¿Lo será siempre?

Alexa Barquet, Jocelyn Cepeda, María Irene Lindao y Andrea Vaca.



Amenaza oculta de la destrucción de ecosistemas en la propagación de la enfermedad de Chagas en Ecuador

La enfermedad de chagas (EC) es una enfermedad parasitaria transmitida por vectores con un comportamiento epidemiológico poco comprendido. Es conocida como una enfermedad tropical desatendida por la OPS/OMS. Esta enfermedad afecta especialmente a poblaciones con acceso limitado a servicios básicos, como agua y vivienda. Inicialmente  rural, la EC ahora se extiende por áreas urbanas, incrementando costos de atención médica para manifestaciones crónicas cardíacas, digestivas, neurológicas, o combinadas, que superan en un 80% los costos de fumigación residual preventiva. Según datos del INSPI, Guayas es la segunda provincia en casos reportados (n = 64, 14.58%) entre 2013 y 2019. Es importante mencionar que la EC se ha documentado en 20 de las 24 provincias, destacando la provincia de El Oro (n = 104, 23.69%), Guayas y otras.

 En el año 2022 se confirmaron 99 casos, siendo 95 crónicos y 4 agudos. Hasta la semana epidemiológica 6 de 2023, no se han reportado nuevos casos confirmados (Figura 2). Las regiones del litoral, zonas subtropicales de la zona interandina y la Amazonía son áreas endémicas, donde los principales vectores son Triatoma dimidiata y Rhodnius ecuadoriensis, conocidos localmente como chinchorros, chinches o guaros, que transmiten la enfermedad principalmente de manera vectorial.

Figura 1. Prevalencia de casos registrados desde el año 2019 hasta 2023.

Factores epidemiológicos como el vector, parásito, condiciones socioeconómicas y hábitos poblacionales mantienen la endemia de la EC. Actualmente, el diagnóstico considera incluso la residencia en áreas endémicas, tipo de vivienda (caña, madera, techo de cade), viajes a zonas endémicas, historial de transfusiones recientes, y riesgo de mujeres embarazadas para llegar a un buen tratamiento y descartar otras patologías asociadas.

Distribución de reservorios naturales del Trypanosoma cruzi y su impacto en la erradicación

     Los parásitos pueden tener reservorios naturales. Un reservorio natural es otra especie animal que puede ser parasitada aparte de los humanos. En el caso de Trypanosoma cruzi, el parásito humano que causa la enfermedad de Chagas, sus reservorios son los roedores y las zarigüellas, pero también pueden ser perros, gatos, cerdo, etcétera. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es la importancia de conocer la distribución geográfica de estos reservorios. Para combatir eficazmente la enfermedad de Chagas, es necesario comprender la distribución de este tipo de roedores silvestres y marsupiales.

Consideremos un ejemplo: si enfrentas problemas con piratas que atacan tus barcos en el mar, no tiene sentido solo defenderte de sus ataques si sabes que tienen una base en una isla específica, como Isla Tortuga. Sin abordar directamente esa base para eliminarlos desde la raíz, nunca estarás completamente a salvo de sus incursiones. Mientras tengan un lugar seguro donde refugiarse, seguirán representando una amenaza constante. Como se menciona, los roedores silvestres y marsupiales complican el control de la transmisión debido a la complejidad y extensión de los hábitats. Esto  abarca desde ambientes boscosos tropicales hasta áreas urbanas y rurales dispersas. La clave reside en la dinámica ecológica de estos reservorios, que no solo sustentan la persistencia del parásito en la naturaleza, sino que también mantienen la transmisión a través de los vectores.

Figura 2. Ciclo biológico: a) El triatomino se alimenta e inyecta tripomastigotes, b) Los tripomastigotes se convierten en amastigotes dentro de las células, c) Los amastigotes se multiplican y se convierten en tripomastigotes sanguíneos, d) Los tripomastigotes lisan células, ingresan al torrente sanguíneo y reinfectan, e) El triatomino ingiere tripomastigotes al alimentarse, f) En el intestino del triatomino, se transforman en epimastigotes y se multiplican, g) Los epimastigotes migran al recto y se convierten en tripomastigotes metacíclicos, excretados con las heces. Reservorios: perros, gatos, roedores y armadillos.

Destrucción de ecosistemas y propagación de triatominos a causa de la minería ilegal

La destrucción de hábitats naturales debido a actividades como la minería ilegal no solo perjudica los ecosistemas, sino que también facilita la propagación de los triatominos, vectores del parásito T. cruzi. Estas actividades alteran profundamente los ecosistemas al eliminar la vegetación y perturbar el suelo, creando microhábitats favorables para la expansión de triatominos.

La deforestación generada por estas prácticas ilegales promueve la acumulación de materia orgánica en descomposición, proporcionando a los triatominos refugio y fuentes de alimento óptimas (Figura 3).  Este cambio ambiental no solo incrementa la densidad de triatominos en áreas afectadas, sino que también incrementa la interacción entre estos vectores y las poblaciones humanas al expandir las actividades extractivas hacia zonas previamente no perturbadas. Con este mismo enfoque, la perturbación de los ecosistemas desestabiliza el equilibrio natural, facilitando la colonización de triatominos hacia nuevas zonas habitadas por humanos y aumentando el riesgo de transmisión de T. cruzi.

Figura 3. La deforestación como un factor predisponente para Chagas

Condiciones de vulnerabilidad en trabajadores pertenecientes a la minería ilegal frente a Chagas

Los trabajadores involucrados en la minería ilegal  enfrentan una mayor vulnerabilidad a la enfermedad de Chagas debido a las inadecuadas condiciones de vida en las que habitan. Esto incluye la falta de acceso adecuado a servicios de salud, condiciones de higiene precarias y exposición constante a entornos insalubres que favorecen el contacto con triatominos. En la mayoría de estos casos, los trabajadores residen en campamentos con instalaciones de saneamiento limitadas, lo cual crea un ambiente propicio para la expansión de triatominos. La ausencia de servicios de salud adecuados dificulta el diagnóstico temprano y el tratamiento de la enfermedad. Bajo este contexto también se incluye a la migración temporal, donde los mineros se desplazan de un lugar a otro para mejores oportunidades, asentándose en lugares que facilitan la propagación del Chagas en nuevas zonas. En Ecuador, la minería ilegal crece y a este contexto se le suma, el manejo de residuos orgánicos y la presencia de ambientes húmedos aumentan significativamente el riesgo de exposición al vector de chagas (Figura 4).

Figura 4. Insalubres condiciones de vida de trabajadores de la minería ilegal

Resistencia a medicamentos y adaptación de vectores en entornos rurales: Implicaciones para el control de T. cruzi

Factores ambientales, como el uso inadecuado de insecticidas, la discontinuidad en las acciones de control, condiciones peridomésticas favorables y la variabilidad genética de las poblaciones de insectos, contribuyen significativamente al desarrollo de esta resistencia. Las personas que trabajan o residen en áreas rurales son particularmente vulnerables debido a su mayor exposición a los vectores y a los insecticidas utilizados en el control (Figura 5).

 La falta de acceso a servicios de salud y a medidas de control efectivas agrava el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores, como la enfermedad de Chagas. En estos entornos, donde las condiciones pueden ser menos controladas y los tratamientos médicos menos accesibles, los parásitos como T. cruzi están expuestos a una variedad de factores ambientales que afectan su respuesta a los fármacos. La presión selectiva de los antiparasitarios en entornos rurales es una posible pero no única justificación, ya que los vectores pueden encontrarse con dosis subóptimas de medicamentos debido a problemas de acceso o adherencia al tratamiento.

Figura 5. La aplicación de pesticidas elimina insectos sensibles (blancos), dejando sobrevivir a los resistentes (rojos). Con repetidas aplicaciones, los insectos resistentes se vuelven predominantes.

Para saber más: 

¿Es importante seguir investigando en la enfermedad de Chagas?

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