viernes, 6 de mayo de 2022

Si el microbioma aumenta tu prolina entonces te deprimes

La prolina es un aminoácido que se está popularizando entre corredores. Las páginas especializadas se hacen eco de los beneficios de consumir alimentos ricos en prolina como son el pollo, pavo, cerdo, ternera y lospescados: Sardina, mero, salmón, y atún. También los lacteos y las judías, guisantes, zanahorias o pepino...

La prolina es una aminoácido no esencial, es decir, que no hace falta consumirlo en la dieta. Nuestro cuerpo puede fabricarlo a partir de otros alimentos.

Los beneficios de un consumo de alimentos ricos en prolina son: Incrementa el nivel de colágeno; protege el sistema cardiovascular; recuperación muscular, tratamiento de patologías como la artritis/artrosis. Un estudio publicado en Cell Metabolism recientemente muestra que cambios en el microbiota pueden aumentar los niveles de prolina en sangre y este aumento correlaciona con depresión. En el estudio, no todo el mundo que tenía un alto consumo de prolina manifestaba encontrarse con depresión, por ese motivo, los investigadore utilizaron estudios en animales. 

El microbiota que aumenta la prolina lo logra en diferentes especies de animales, y todos se deprimen

Para saber si la presencia de prolina era causa o consecuencia del ánimo depresivo, se trasplantó la microbiota de los participantes a ratones. Los roedores que se deprimían más eran los que recibían la microbiota de participantes con una alta prolina, o de personas con más ánimo depresivo. En el cerebro de estos ratones también se encontraron diferentes genes asociados al transporte de prolina.

Otro experimento de confirmación se hizo utilizando moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), en las cuales se puede inducir un estado de ánimo más depresivo. Los investigadores aislaron dos tipos de bacterias de la microbiota asociadas al consumo de prolina y las añadieron a la alimentación esterilizada de las moscas. Las moscas que ingerían alimentación con Lactobacillus, que en los ratones se asociaba a menos depresión, demostraron tener más ganas de superar dificultades a que se enfrentaban después. En cambio, las que ingerían Enterobacter, que en humanos se asocia a la depresión, se deprimían mucho más.

Cuándo se estudió la microbiota intestinal de estas personas, también se observó una relación entre la depresión y las bacterias, así como entre la depresión y genes bacterianos asociados al metabolismo de la prolina. Así, se observó que los niveles de prolina circulante dependían de la microbiota.


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