Teniasis es la infestación por Tenia solium y cisticercosis la infección humana con la larva cisticerco de ésta. La presencia de cisticercosis está estrechamente relacionada con el mantenimiento de cerdos en malas condiciones higiénicas, así como pobreza y malas condiciones de salubridad.
La tomografía de cráneo (TC) y la resonancia nuclear magnética (RMN) son exámenes que han permitido estudiar la evolución de los cisticercos dentro del parénquima cerebral y han facilitado el diagnóstico de neurocisticercosis (NC), así como los cambios fisiopatológicos en el ser humano y los procedimientos terapéuticos.
Los métodos inmunológico para detectar anticuerpos indican una infección presente o pasada, así como antígenos circulantes que indican infección actual. No existe una prueba inmunodiagnóstica ideal para NC.
La manifestación clínica más frecuente es la crisis epiléptica, relacionada con neurocisticercosis parenquitomatosa (70-90% de casos). Otros síntomas dependen del número y localización de los quistes, así como de la respuesta inmune del hospedador al parásito. Puede llevar a secuelas neurológicas a largo plazo tales como epilepsia e hidrocefalia con lo que tiene de merma intelectual.
Por lo costoso y difícil diagnóstico y tratamiento, las imprevisibles secuelas, la erradicación de la teniosis/cisticercosis es la prevención con el mejoramiento de la calidad del sistema de salud, con educación para la salud, dotación de infraestructura sanitaria y modernización de las prácticas de crías de cerdo.
Identificación y clasificación
Las duelas y las tenias son parásitos que están incluidos en el grupo de los
platelmintos. Causan severas enfermedades a otros seres y pueden llevar a
la muerte a varios vertebrados. Para fijarse a sus víctimas utilizan una especie
de ganchos o ventosas, para nutrirse, las duelas emplean su boca y las tenias,
que carecen de esta estructura, absorben a través de su piel el alimento
predigerido del hospedador.
TENIAS
Maimónides, el médico y teólogo judío, refrenda en el siglo XII, por motivos de salud pública, la prohibición de comer cerdo acogiéndose al Levítico (11:3-7) y la Kashrut, que designa en la cultura judía lo que es apropiado para ser injerido, lo prohíbe, como prohíbe la ingesta de ratas o de aves carroñeras. "La carne de cerdo es una inmundicia" (Surat Al Anman, 145) reza en el Corán y desde el siglo VII para los musulmanes queda el cerdo fuera de la comida Halal.
En todas las culturas la tradición se refuerza cuando en el siglo XIX se descubre la triquinosis o, avanzado el tiempo, la presencia de otros microorganismos perniciosos. Pero lo que no se dice es que la prohibición de la ingesta de carne de cerdo, por ejemplo, se trató en origen de un tema de adaptación. Criar cerdos en Oriente Medio, en un ambiente árido, era más caro que criar rumiantes. Vacas, cabras y ovejas necesitan un lugar con plantas para alimentarse, mientras el cerdo para engordar obliga a los dueños a compartir la cosecha con él. Además, el cerdo no sirve para tirar del arado, su piel no es buena para tejidos, no da leche y sus excrementos no son efectivos como abono.
Fuente: CDC/Alexander J. da Silva, PhD/Melanie Moser, Courtesy: Public Health Image Library - 
Autor: Carlos Ronquillo. Hipócrates, el médico griego, hace 2400 años, observó que los quistes hidáticos podían irrumpir en la cavidad abdominal de los seres humanos. Tras la observación post mortem de bovinos y cerdos, los comparó con “tumores llenos de agua” de ahí el nombre de la enfermedad
Autor: Carlos Ronquillo. Quiste de Equinococcus granulosus
Tejido hepático con hidátides arraigadas al parénquima. Fuente
La equinococosis, o enfermedad hidática, es una infección provocada por cestodos del género Echinococcus, unos gusanos diminutos de pocos milímetros de longitud. Se han identificado cinco especies de Echinococcus que infectan a una gran cantidad de animales domésticos y salvajes. La equinococosis es una zoonosis, es decir, una enfermedad animal que también afecta a los seres humanos.
Como todos los cestodos, el ciclo biológico de Echinococcus se desarrolla en dos animales. En el hospedador definitivo, un carnívoro, donde los gusanos adultos se adhieren a las paredes intestinales. En el hospedador intermediario, que puede ser prácticamente cualquier mamífero, incluido el ser humano, los cestodos forman quistes en distintos órganos.
Los quistes – unas vesículas de crecimiento lento que contienen larvas y líquido – y que en la mayoría de los casos se alojan en el hígado o los pulmones, provocan los síntomas de la enfermedad. En los seres humanos la enfermedad puede ser grave, raramente mortal, y el tratamiento es largo y oneroso. En los intestinos de los carnívoros hospedadores definitivos los Echinococcus son benignos.
Como todos los cestodos, el ciclo biológico de Echinococcus se desarrolla en dos animales. En el hospedador definitivo, un carnívoro, donde los gusanos adultos se adhieren a las paredes intestinales. En el hospedador intermediario, que puede ser prácticamente cualquier mamífero, incluido el ser humano, los cestodos forman quistes en distintos órganos.
Los quistes – unas vesículas de crecimiento lento que contienen larvas y líquido – y que en la mayoría de los casos se alojan en el hígado o los pulmones, provocan los síntomas de la enfermedad. En los seres humanos la enfermedad puede ser grave, raramente mortal, y el tratamiento es largo y oneroso. En los intestinos de los carnívoros hospedadores definitivos los Echinococcus son benignos.
La respuesta es que solo se reproduce en los carnívoros, en humanos el parásito se mantiene en una fase de quiste que lo mantiene con vida hasta que uno sea devorado por un cánido carnívoro.
La eficacia de los programas de control de la equinococosis cística depende de su aplicación durante el largo tiempo necesario (> 5-10 años) y de que incluyan medidas de control, en particular, de perros. El desarrollo de una nueva vacuna para el ganado podría reducir el tiempo necesario para interrumpir la transmisión entre perros y ovejas, así como el riesgo de exposición de los seres humanos.
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DUELAS
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