Había dos opciones principales para relevar al “hechizado”. Por un lado, Felipe de Anjou, nieto del poderoso borbón que ocupaba el trono francés, Luis XIV, y nieto de su mujer, la hermana mayor de Carlos II, María Teresa de Austria. Por otro lado, José Fernando de Baviera, nieto de la hermana menor del rey, casada con Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, de la dinastía Habsburgo.
Las prostitutas madrileñas decidieron que las únicas que atenderían a los soldados austracistas serían las cortesanas contagiadas con sífilis y gonorrea.
Con un poco de ingenio consiguieron disimular los síntomas de la enfermedad. Y a los pocos días, todos los hospitales de Madrid estaban repletos de soldados con enfermedades venéreas. El ataque se cobraría unas 6.000 bajas en las filas enemigas.
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